¿Te ha pasado alguna vez que, tras un día de enfado y estrés, después de dormir ya se te han pasado estos efectos? Si eso ocurre, es que el sueño debe tener alguna influencia. De hecho, son muchos los beneficios que obtenemos si dormimos de acuerdo a nuestras necesidades.

Un sueño regular de calidad mejora tu atención y concentración, te permite tomar mejores decisiones, mejora tu creatividad y tus habilidades sociales, reduce tus niveles de estrés, eres menos propenso al enfado y disminuye la necesidad de fumar o tomar bebidas alcohólicas, entre otros beneficios para tu salud.

En la siguiente charla puedes obtener una explicación general del sueño y sus beneficios:

Para tener un cuerpo saludable es imprescindible regular nuestros niveles de energía, la cual obtenemos a través de los nutrientes de aquello que comemos. Aunque nuestro cerebro tan solo represente aproximadamente el 2% de nuestra masa corporal, este órgano vital consume una cuarta parte de toda nuestra energía. Estos nutrientes, junto con el oxígeno, se reparten por todas las células del cuerpo a través del sistema circulatorio con los vasos sanguíneos. De esta forma nuestro cerebro recibe esta energía para poder pensar con claridad.

No obstante, este reparto de energía también produce desperdicios que deben limpiarse del cuerpo. El sistema linfático se encarga de regular nuestras defensas y anticuerpos, así como de limpiar el exceso de proteínas y otros desechos del espacio entre células, depositándolos en la sangre para que puedan ser eliminados.

En el cerebro, además, existe otro mecanismo de limpieza de desechos, llamado sistema glinfático. Los vasos linfáticos del cerebro, recientemente descubiertos, tan solo están en la membrana externa del cerebro. El líquido cefalorraquídeo del sistema glinfático es un líquido limpio y transparente que baña nuestro cerebro y lo protege de impactos y golpes. En este líquido también se concentran esos desperdicios, para luego ser depositados en la sangre, de forma similar al sistema linfático. A diferencia de los vasos linfáticos, este líquido no se queda solo en la superficie del cerebro sino que se adentra por toda la masa cerebral lo que permite limpiar los desechos de todo el cerebro. Es una estrategia muy eficiente para la eliminación de desperdicios pues ocupa menos espacio que los vasos linfáticos. Sin embargo, el proceso de limpieza de este líquido no se da mientras estamos despiertos. Se cree que esto es debido a que no podríamos mantener una conversación, caminar o estar atentos de nuestro entorno mientras se realiza este proceso.

Cuando nos dormimos profundamente la actividad eléctrica cerebral disminuye y las células cerebrales (neuronas y células gliales) encogen, pues ya no necesitan estar al máximo de energía, y se abre el espacio entre células, lo que permite que el líquido cefalorraquídeo fluya a través de ellas y limpie los desperdicios depositados en el cerebro durante la vigilia. Gran parte de los beneficios que he comentado anteriormente se deben a este mecanismo. Este proceso de limpieza es tan importante que incluso algunos de estos desperdicios los genera el propio cuerpo para que tengas la urgencia de irte a dormir, como es el caso de la adenosina de la cual hablaré en otro artículo.

En esta charla se explica este mecanismo de limpieza cerebral:

Debería ser obvio, pero pasamos por alto las consecuencias que tiene el no disponer de un buen descanso. Quizás todavía piensas que no necesitas dormir, que dormir menos horas de las recomendadas es suficiente para ti, o que es mejor quedarte estudiando o trabajando un rato más que irte a dormir. Si piensas así, esos pensamientos te están matando, literalmente.

Dormir por debajo de tus necesidades produce fatiga mental y muscular, mal humor, impulsividad, falta de concentración, incapacidad en el aprendizaje y en la toma de decisiones, alucinaciones, bajan las defensas del sistema inmunológico y aumenta el riesgo de padecer enfermedades como la depresión, diabetes, obesidad, párkinson, alzheimer, cáncer e incluso el riesgo de muerte prematura, entre otros trastornos.

La siguiente animación puede ayudarte a entenderlo mejor:

Además, dormir mucho tampoco es bueno. En adultos, dormir más de 10 horas regularmente puede ser igual de perjudicial para la salud que dormir menos de 6 horas diarias.

Y tú, ¿conocías como afecta el sueño a tu salud?

En el próximo artículo hablaré del sueño y su relación con el aprendizaje.